Vida Cristiana

¿Por Qué Amo la Indignación de Jesús?

Me complace traerles la publicación de una invitada, Debra Celovsky. Ella ha servido en el ministerio pastoral y en misiones junto con su esposo, Sam, por muchos años en el norte de California. Ella escribe en debracelovsky.com para animar a las familias a establecer un legado familiar duradero y feliz que honre a Dios. debracelovsky.com.

Cuando era adolescente, y apenas empezaba a manejar, mi hermana y yo nos detuvimos en Fosters Freeze una tarde muy calurosa para comprar los conos más grandes posibles de helado de vainilla y chocolate.

Foto de Alex Shu en Unsplash

Estábamos a mitad del verano, el cual era usualmente sofocante en Redding, California. Allí nos encontrábamos, transitando por el camino y comiéndonos nuestras dos deliciosas torres de chocolate. No vi la primera señal naranja brillante de construcción. Poco tiempo después, vi al alto y extremadamente enojado trabajador de construcción de carreteras moviendo sus brazos y gritando. Yo recuerdo que me detuve, bajé la ventana del carro mientras sostenía el cono gigante de helado, me quedé viendo su cara apoplética y pensé, “Esta debe ser la cosa más tonta que he hecho hasta la fecha.”

Por supuesto, hice otras cosas tontas con el transcurrir de los años, pero pienso en esa historia cuando leo sobre Jesús y los niños y los adultos distraídos.

Se registra una escena en Mateo 18 donde Jesús estaba enseñando un día en el norte de Galilea. Sus discípulos, quienes parecían estar muy preocupados por la forma en que se posicionan las personas en el reino de los cielos, preguntaron directamente: “¿Quién es el mayor?” Jesús llama a un niño, lo pone en medio del grupo.

Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. El que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos. Y el que recibe en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí.

Aunque esto parece ser bastante claro, parecía que no era la respuesta que los discípulos estaban anticipando. Aquellos que sirven a los más humildes sirven a Cristo, lo cual es una noción radical en cualquier cultura. Pero todo el ministerio de Jesús iba contra la naturaleza del hombre y su cultura. Y Él estaba especialmente interesado en la atención de los hombres que estaba capacitando para eventualmente avivar el Evangelio.

La reputación de Jesús crece y los padres prestan atención. Un poco de tiempo después, mientras que Él está enseñando cerca del Río Jordán, una multitud compuesta de un gran número de padres se reúne alrededor. Ellos habían llevado (la palabra griega significa ofrecido) their children to Him to be blessed. Imagine their surprise at being scolded – rebuked – by the disciples. Not one of the twelve says, Whoa, let’s take a step back here. It isn’t as though they haven’t seen the Teacher’s interaction with kids before. Recently. 

Ellos pensaban: 

  • ¿Está demasiado ocupado Jesús?
  • ¿Tienen cabida los niños en la sabiduría de los adultos?
  • ¿Se puede salir de control la situación y hay demasiados niños?

Jesus’ response to children is always attentive and tender. But there is no tenderness in His response to the disciples’ rebukes. He is seriously displeased: Let them come. Do NOT forbid them. The very qualities of a child – dependence, purity, trust – are the ones necessary to enter the kingdom of heaven.

Jesus takes the babes – Luke calls them “babes” in his Gospel – and holds them in His arms and blesses them. He corrects the disciples’ mistake and demonstrates the “spirit of the heavenly kingdom,” as one writer puts it.

The problem with the disciples’ response is not that they weren’t trying to do the right thing by their Master. The problem was they weren’t paying attentionEstaban oyendo sin escuchar, viendo sin observar, pasando e ignorando las señales del Hombre Trabajando.

Foto de Ben White en Unsplash

En esta temporada de incertidumbre, perturbación, incluso de caos, la indignación de Jesús nos motiva a resistir los gigantes conos de helado que nos distraen de la obra que Dios está haciendo, y de la obra que el Señor nos ha llamado a hacer en cooperación con Él. Y a hacer ese trabajo como discípulos dóciles y compasivos.

Con los ojos puestos en el Maestro vamos a demostrar esas hermosas cualidades de un niño que está en total dependencia de Él y verdaderamente refleja Su amor.

Are you distracted in this current crisis? Are you running a dependence or trust deficit in Jesus? Take some time to “rest on God” and realign. (II Chron. 14:11)

Que maravilloso recordatorio de mantener nuestros ojos puestos en Jesús, acercándonos a Él confiadamente con el corazón de un niño, el cual es dependiente y confiado. Por favor, visite https://www.debracelovsky.com/ para encontrar la motivación para establecer un legado familiar duradero y feliz que honre a Dios.

2 Comments

  • Seidy

    Totalmente de acuerdo, sin distracciones puestos los ojos en el Señor como nuestros niños, pero sobretodo es sumamente importante dejar de inhibir la sensibilidad de los niños hacia Dios, debemos instruirlos a buscar Su presencia.

    • Julie McGhghy

      Absolutamente. Y es maravilloso ver la asociación de los padres y los maestros de la iglesia de los niños para señalar los ojos de los niños al Salvador. Gracias por el comentario.

es_CRSpanish