La Verdad Sobre el Deseo de Dios de Salvar a los Incrédulos
Aumente su Confianza Cuando Ore por la Salvación de los Demás
Todos los conocemos. Todos los amamos. Como cristianos anhelamos verlos – nuestros amigos y seres queridos que no creen como nosotros – llegar a creer en Dios a través de Jesucristo como Salvador. Seguramente hemos luchado por persuadirlos para que no solo crean que Dios existe, sino también que Él es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6) y convencerlos de que Dios los ama y quiere galardonarlos al perdonarlos, atrayéndolos hacia Él, caminando con ellos. Luego, en un determinado momento, recibimos el mensaje de alguno de los incrédulos que indica que ya no quieren discutir más al respecto. ¿Qué queda por hacer? Continuamos viviendo una vida cristiana frente a ellos y oramos por ellos.
En mis últimas dos publicaciones del blog compartí con usted una guía práctica para hacer oraciones poderosas y tener confianza en las mismas. En la primera publicación, Guía Práctica para Tener Más Confianza en la Oración, ilustré como orar las Escrituras cuando nos enfrentamos a tiempos difíciles en nuestras vidas. En la segunda publicación, Guía Práctica Para Hacer Oraciones Poderosas por los Demás, compartí oraciones que se encuentran en la Biblia y un método para analizarlas con el fin de saber por quiénes se hicieron esas oraciones, qué se oró, y qué se esperaba que sucediera como resultado de esas oraciones. Todos los ejemplos que compartí en esa publicación fueron oraciones hechas por los cristianos para fortalecer su caminar con Dios.
En esta publicación voy a abordar otro tipo de oración, la cual es una oración para la salvación de los incrédulos. Primero voy a mostrar cómo podemos tener la confianza de que Dios responderá nuestras oraciones por los incrédulos cuando nos percatamos de que la voluntad de Dios es que todas las personas alcancen la salvación a través de Jesucristo. Les compartiré Escrituras específicas que uso frecuentemente cuando oro por los incrédulos y daré ejemplos de dichas oraciones. Concluiré compartiendo lo que debemos hacer mientras esperamos a que nuestras oraciones sean respondidas y que nuestros amigos y seres queridos incrédulos se unan a nosotros como creyentes.
La Voluntad de Dios
Aunque ansiamos ver a nuestros amigos y seres queridos conocer a Cristo y alcanzar la salvación a través de Él, es de gran ayuda recordar que Dios desea eso más que nosotros. No nos debemos preguntar si la voluntad de Dios es perdonar a alguien, incluso cuando hemos estado orando por esa persona por muchos años. Dios quiere que todas las personas procedan al arrepentimiento y espera pacientemente a que cada una lo haga. (2 Pedro 3:9; 1 Timoteo 2:4).
Jesús vino a este mundo con el objetivo específico de buscar y salvar a los incrédulos (Lucas 19:10). Es a través del nombre de Jesús que somos salvos (Hechos 4:12). Tal como Jesús lo explicó a las multitudes que lo seguían, Dios atrae a las personas hacia Él (Juan 6:44). La bondad de Dios conlleva a cada uno hacia el arrepentimiento para la salvación. (Romanos 2:4; 2 Corintios 7:10).
Además, encontramos en las Escrituras que Dios le puede dar a alguien un corazón para que lo conozca. Dios le prometió a Moisés que Él iba a circuncidar los corazones de aquellos que habían sido dispersados para que amaran al Señor con todo su corazón y con toda su alma (Deuteronomio 30:6). Dios le mostró al profeta Jeremías que Él les daría a aquellos que habían sido llevados cautivos un corazón para que lo conocieran y así fueran Su pueblo y Él fuera Su Dios. (Jeremías 24:7). Él puede hacer lo mismo por nuestros amigos y seres queridos que son incrédulos.
Con base en estas Escrituras podemos orar confiadamente a Dios por la salvación de los incrédulos.
Modelo de Oración
Ahora podemos orar confiadamente por nuestros amigos y seres queridos no creyentes porque sabemos que la voluntad de Dios es atraerlos a la salvación. Suponga que tengo un hermano que es incrédulo. A continuación, se presenta un ejemplo de cómo podría orar por él haciendo referencia a las Escrituras anteriores.
"Precioso Señor, agradezco que Tu voluntad es que todos sean salvos. Reconozco que viniste a este mundo a buscar y a salvar al perdido y que Tú esperas pacientemente para que venga hacia Ti. Ahora traigo a mi hermano [inserte su nombre] ante Ti y te pido que lo atraigas hacia Ti. Atráelo a una tristeza que produce arrepentimiento para salvación. Dale un corazón para que te conozca, para que sea Tú hijo y Tú seas su Dios."
Hay muchas más Escrituras a las que podemos recurrir cuando oramos por los incrédulos. Pero ahora presentaré una lista de otras Escrituras que usted puede encontrar útiles. Continuaré con el ejemplo de orar por un hermano e ilustraré cómo se pueden orar estas Escrituras.
- Romanos 5:8 – Señor, ayúdalo a comprender que Tú lo amas mucho y aunque él todavía no reconoce su necesidad de un salvador, Tú lo amas y moriste por él.
- Romanos 3:23, 6:23 – Revélale que todos hemos pecado, incluyéndolo a él, y que la paga del pecado es muerte, pero Tú le ofreces vida eterna.
- Lucas 13:5 – Atráelo al arrepentimiento para que no perezca en su pecado.
- 1 Juan 1:9 – Ayúdalo a entender que Tú eres fiel para perdonar sus pecados si tan solo él te los confiesa.
- Apocalipsis 3:20 – Dale una visión en la que Tú llamas a la puerta de su corazón y le pides que te deje entrar. Ayúdalo a que abra su corazón y te invite a ser su Salvador.
- Mateo 22:37 – Atráelo a amarte con todo su corazón, alma y mente.
Las Escrituras son ponderosas y podemos orarlas con confianza, sabiendo que estamos orando conforme a la voluntad de Dios.
Esperando que se Respondan las Oraciones
Entonces, ¿qué hacemos mientras esperamos ver las respuestas a nuestras oraciones?
Primero que nada, mientras esperamos debemos continuar viviendo una vida cristiana delante de todas las personas, iluminando a todos con la luz de Cristo para que puedan verlo obrar a través de nosotros y glorificarlo. (Mateo 5:16). Cuando vaya de compras, en reuniones familiares, en el trabajo, trate a todas las personas con amor y bondad. Cuando sepa que alguien tiene necesidad, ayúdelo. Continúe reuniéndose con los demás cristianos en la iglesia y alaben juntos a Dios.
Continúe orando por los incrédulos con acción de gracias y esté atento para ver la evidencia de un corazón buscando a Dios que se está desarrollando en ellos (Colosenses 4:2). Compórtese sabiamente con ellos y hable siempre con gracia (Colosenses 4:5-6). No es necesario forzar una conversación acerca de Dios con ellos. En lugar de eso, observe y espere. Ellos le harán saber cuando estén listos para discutir nuevamente de Dios.
Es importante estar listos para responder cortés y respetuosamente a las preguntas que sus amigos incrédulos le puedan hacer sobre por qué vive con esperanza cuando sus corazones empiecen a ablandarse a Dios (1 Pedro 3:15). Prepárese para esas preguntas estudiando la Palabra de Dios para poder respaldar su testimonio con la verdad de las Escrituras (2 Timoteo 2:15)
Al haber hecho todas estas cosas, recuerde que no tenemos el poder de llevar a los incrédulos a la salvación. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de plantar la semilla de salvación en la mente de alguien o de regar la semilla al vivir como un ejemplo cristiano y compartir nuestras experiencias con ellos. Pero es Dios quien los atrae hacia Él y da el crecimiento (Juan 6:44; 1 Corintios 3:7). Es el Evangelio de Cristo el que es “poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Romanos 1:16).
Como dije al inicio, todos los conocemos, todos los amamos y todos queremos que lleguen a la salvación. Al recordar que Dios también los ama y quiere que ellos procedan a la salvación aún más de lo que nosotros lo queremos, podemos confiar en que oramos conforme a la voluntad de Dios cuando oramos las Escrituras por nuestros amigos y seres queridos incrédulos. Los incrédulos vendrán a la salvación si continuamos viviendo una vida cristiana frente a ellos, orando con acción de gracias por las oraciones contestadas, y confiando en que Dios hará lo que solo Él puede hacer, lo cual es atraerlos a Él e impartirles la salvación.
8 Comments
Sharlene
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Julie McGhghy
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José Pablo Murillo
Gracias Sister Julie por compartir este blog. Comparto que todos debemos orar por ese familiar, compañero, conocido o vecino que aún no conoce del Señor. Lo más complicado es cuando esa persona dice creer en falsas doctrinas, y no quiere abrir su corazón a JESÚS
Julie McGhghy
Sí, hermano Pablo, estoy de acuerdo. Es entonces cuando oro Jeremías 24:7, “Señor, dales un corazón para conocerte, que tú eres el Señor”. Gracias por su comentario.
Seidy
Todos tenemos a alguien por quien orar para que sea salvo, gracias por aumentar nuestra confianza en que Dios puede hacerlo a través de la oración.
Julie McGhghy
Sí, todos conocemos a alguien que necesita salvación y la oración es la clave. Estoy muy contento de que podamos invocar el poder de la Palabra de Dios al orar por estos seres queridos.
Samantha
Thank you so much for providing us this wonderful guide to pray for the unbelievers. It has been a great help to me! Your posts are always enlightening!
Julie McGhghy
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