¡Es Primavera! Ahora es el Tiempo para que la Tierra se Prepare para el Invierno

Siga el Proceso de la Naturaleza para Comenzar a Prepararse para Su Invierno Espiritual

    Foto de Aaron Burden en Unsplash

    Esta semana he disfrutado mucho el cambio de estación. Sí, la primavera ha llegado. Los narcisos han salido de la tierra y pronto florecerán. El sol ha estado brillando y cada día ha sido más cálido que el anterior. Como se dice: «la primavera ha brotado».

    Según Emily Dickinson, «La primavera es el período expreso de Dios», citado de su poema Spring is the Period [La Primavera es el Período].

    Edwin Wat Teale expresó el optimismo de la Primavera en su libro Norte con la Primavera. «La primavera es la estación favorita de todo el mundo. Todas las cosas parecen posibles en mayo».

    A pesar de las opiniones de la señorita Dickinson y el señor Teale, mi estación favorita es el otoño. Hace algún tiempo, mientras me encontraba inmersa en la belleza del follaje otoñal, empecé a contemplar el invierno y a preguntarle a Dios por qué el otoño era tan bello cuando no era más que el precursor del letargo del invierno. Dios comenzó a hablarme sobre el descanso; la belleza de entrar a un lugar de descanso. Hizo una analogía del proceso natural del cambio de hojas con el proceso espiritual de encontrar nuestro descanso en Él. Ambos requieren preparación en la primavera y el verano.

    Proceso Natural 

    De acuerdo con Science Made Simple [La Ciencia Simplificada] (www.sciencemadesimple.com/leaves/html, recuperado el 14 de marzo de 2022), el otoño es la transición entre el verano y el invierno. Las hojas realmente empiezan a prepararse para el otoño tan pronto empiezan a crecer en la primavera. 

    En primavera, la tierra comienza a calentarse a medida que aumenta rápidamente la luz del día. Esto causa un nuevo crecimiento de plantas. Por lo general, hay bastante humedad debido a que la nieve se derrite y las lluvias comienzan. Es muy probable que se produzca un clima inestable. La primavera es un tiempo de crecimiento, renovación y nueva vida.

    Durante el verano, las plantas están haciendo y almacenando comida mientras crecen. Esto se facilita por las largas horas de luz solar y el buen suministro de agua. Los árboles toman agua de la tierra a través de sus raíces. Las hojas toman dióxido de carbono del aire. Utilizando la luz del sol, transforman el agua y el dióxido de carbono en oxígeno y glucosa (un tipo de azúcar) a través del proceso de la “fotosíntesis”, lo cual significa “composición de luz”. Un químico llamado clorofila es lo que les da a las hojas su color verde. Sin embargo, los hermosos pigmentos dorados, anaranjados y rojos también están en las hojas, solo que no se pueden ver por la cantidad de clorofila en las hojas. Las plantas utilizan la glucosa como alimento para obtener energía y como bloque de construcción para crecer. Durante los días de verano, las hojas producen más glucosa de la que el árbol necesita para su energía y crecimiento. El exceso se convierte en almidón y se almacena hasta que se necesite. 

    Antes de ver el otoño, considere lo que hacen los árboles en invierno, cuando no hay suficiente luz ni agua para la fotosíntesis. Los árboles descansan durante el invierno; viven de la comida que almacenaron durante el verano. 

      Foto de Peter James Eisenhaure en Unsplash

      Ahora considere el otoño. A medida que la luz solar se acorta en otoño, las plantas comienzan a interrumpir su producción de comida. En la base de cada hoja hay una capa especial de células llamada capa de «abscisión» o de separación. En el otoño, las células de la capa de abscisión se hinchan y forman un material parecido al corcho, reduciendo y finalmente cortando el flujo entre la hoja y el árbol. La glucosa y los residuos se quedan atrapados en la hoja. Sin agua fresca para renovarla, la clorofila empieza a desaparecer, causando que el color verde se desvanezca y permitiendo que se observen los pigmentos dorados, anaranjados y rojos. 

      Los rojos y los morados brillantes en las hojas son el resultado de la glucosa que está atrapada en las hojas después de que se ha detenido la fotosíntesis. Los pigmentos marrones, incluyendo los dorados y anaranjados, son el resultado de los residuos que quedan en las hojas. Es la combinación de todas esas cosas lo que hace los colores hermosos del follaje otoñal que disfrutamos cada año.

      Después de revisar esta actividad científica, empecé a entender lo que Dios me estaba mostrando sobre nuestras estaciones espirituales.

      Proceso Espiritual 

      Primero, consideremos el verano espiritual de nuestras vidas. Es durante el verano que debemos estar comiendo y creciendo. Pero ¿qué comemos? Podemos comer saludable o podemos comer comida chatarra. Al igual que los árboles, podemos almacenar energía (glucosa) o residuos.

        Foto de Aaron Burden en Unsplash

        ¿Cómo almacenamos energía para producir hermosas hojas rojas y moradas durante nuestro otoño espiritual? Devorando la Palabra de Dios. Su Palabra es como la miel, la cual es dulce a nuestro paladar (Salmos 119:103). Comer la Palabra de Dios produce sabiduría en nuestra alma. (Proverbios 24:13-14). Con sabiduría, dejamos atrás el camino de las simplezas y andamos por el camino del entendimiento (Proverbios 9:1-6).

        Durante el invierno espiritual, descansamos en Dios. Dios sabe que necesitamos descanso. Una de las razones por las que nos dio el sábado es para descansar (Éxodo 20:8-11).

        Jesús incitó a sus discípulos a descansar en Marcos 6:30-32. Les instó a ir con Él a un lugar tranquilo para descansar. En Mateo 11:28-29, mientras Él les estaba hablando a las multitudes, les animó a venir a Él para encontrar descanso.

        El Rey David reconoció a Dios como su única fuente de descanso. (Salmos 62:1).

        Jesús pretende que tengamos inviernos espirituales, esos momentos en los que debemos descansar en Él. Entonces, ¿cómo atravesamos los inviernos espirituales cuando no hay crecimiento ni energía de producción? Asegurándonos de que durante los veranos espirituales nos alimentemos de buena comida, la cual produce glucosa, no desechos. Y comemos lo suficiente para almacenar el exceso. No podemos comer solamente lo justo para cubrir nuestras necesidades actuales. No podemos limitarnos a hacer lo mínimo. Si lo hacemos, no tendremos comida buena suficiente para sustentarnos durante el invierno.

        Incluso antes de que David se convirtiera en rey, instó al pueblo de Dios a «Gustad, y ved que es bueno Jehová» y que le teman y se refugien en Él para que no les falte «ningún bien». (Salmos 34:8-10).

        ¿Qué es temer al Señor? Escuché a un joven ministro describirlo como estar obsesionado con Dios. Considere Proverbios 2:1-5.

        Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; si tu oído inclinas hacia la sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia; si llamas a la inteligencia y pides discernimiento; si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces comprenderás el temor del Señor y hallarás el conocimiento de Dios.

        Proverbios 2:1-5 NVI.

        ¿No parece esto una obsesión? ¿No ilustra esto el almacenamiento de la Palabra y los mandatos de Dios?

        Lea en Proverbios 2:6-11 para ver el resultado de devorar la Palabra de Dios. Estos versículos ilustran cómo se verá nuestro otoño espiritual.

        Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios. Él reserva su ayuda para la gente íntegra y protege a los de conducta intachable. Él cuida el sendero de los justos y protege el camino de sus fieles. Entonces comprenderás la justicia y el derecho, la equidad y todo buen camino; la sabiduría vendrá a tu corazón, y el conocimiento te endulzará la vida. La discreción te cuidará, la inteligencia te protegerá.

        Proverbios 2:6-11 NVI.

        Este es el otoño espiritual. Cuando hayamos almacenado la Palabra de Dios a lo largo de nuestros veranos espirituales, obtendremos la comprensión del temor del Señor y el conocimiento de Dios. Entonces la sabiduría y el conocimiento se almacenarán en nuestros corazones y almas durante todo el otoño. Y seremos sustentados a través de los inviernos espirituales por el conocimiento y la comprensión, la victoria a través de Jesús como nuestro escudo y guardia, y la discreción que nos protege.

        Durante los veranos espirituales de su vida, consuma la Palabra de Dios leyéndola, meditándola y orándola. Entonces, al igual que el follaje otoñal es hermoso para nosotros, usted se volverá hermoso para Dios durante sus otoños espirituales.

        Preparándose para el Descanso

        Dios nos encuentra hermosos cuando nos preparamos para entrar en Su descanso, no solo cuando estamos en pleno crecimiento. Tendremos inviernos espirituales. A menudo he escuchado a personas en inviernos espirituales expresar que sienten como si les faltara algo o le fallaran a Dios porque no tienen el hambre intensa a la que están acostumbrados.

          Foto de Fabrice Villard en Unsplash

          Me he encontrado en inviernos espirituales, por lo que la oportunidad de sumergirme en la belleza del otoño natural me hizo buscar a Dios y preguntarme por qué la tierra es tan hermosa mientras se dirige al letargo. Él me ha asegurado que todos necesitamos tiempos de descanso. Y, mientras nos preparamos para ese descanso en Él, Él nos encuentra tan hermosos como cuando lo perseguimos activamente. Si durante nuestros veranos lo hemos atesorado, almacenado Su Palabra dentro de nosotros, clamado por entendimiento y lo hemos buscado como un tesoro escondido, entonces en otoño obtendremos la sabiduría, el conocimiento y el entendimiento que necesitamos para sustentarnos durante el invierno.

          Encontramos una imagen del invierno en Salmos 63:1: «Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas». En invierno nos preguntamos dónde está Dios y no encontramos aquello que sacia nuestra sed.

          Salmos 63:2-3 ilustra lo que nos sustenta: «Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán».

          En el invierno nos sostiene lo que experimentamos en el verano, donde devoramos la Palabra de Dios y pasamos mucho tiempo en oración, nutriéndonos y creciendo. Entonces superaremos el invierno con alabanzas.

          Si queremos un verdadero descanso en el invierno, estar bien alimentados durante el tiempo de descanso, durante el verano tome más del mínimo de la Palabra de Dios, el Espíritu y la dirección con el fin de tener exceso durante los inviernos. No debemos tratar nuestros tiempos de oración y devoción como tareas que debemos tachar de nuestra lista de cosas por hacer. Sino desarrollar una verdadera hambre por Su Palabra y hacer tiempo para devorarla y estudiarla a fondo como Él lo indica.

          Durante el invierno, continúe buscando a Dios por fe, apoyándose en la Palabra con la que se deleitó en el verano. Recuerde que es Dios quien trabaja en usted para darle energía y crear en usted el poder y el deseo de hacer Su voluntad (Filipenses 2:13). Cuando usted esté completamente descansado, y su fe se haya fortalecido, encontrará crecimiento, renovación y nueva vida cuando Él lo llame y lo alimente de nuevo en la primavera.

          Así como los árboles comienzan a prepararse en la primavera para el invierno, recuerde que en su primavera y verano espiritual debe prepararse para su invierno espiritual. Así podrá alejar el desánimo durante su invierno espiritual. Podrá esperar en el Señor y ser valiente mientras Dios fortalece su corazón (Salmos 27:14).

            Foto de Rodion Kutsaev en Unsplash

            2 Comments

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                Julie McGhghy

                I find myself enjoying the seasons so much more after spending 2 years in Costa Rica where there in only the wet and dry seasons. I even enjoyed the cold, snow and dark days of winter when I returned to the U.S. Oh, to prepare for all seasons as nature does will help us appreciate and enjoy all spiritual seasons in our lives.

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