Cómo Estabilizar Su Frustrante Relación Con Dios

La Sorprendente Ilustración de Dios en el Cantar de los Cantares

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    El Cantar de los Cantares. Pienso que es uno de los libros menos leídos de la Biblia. Recientemente, hablé en la iglesia sobre el Cantar de los Cantares. Le pregunté a la congregación, ¿Cuántos de ustedes han leído Cantares?” ¡Nadie admitió haberlo leído! ¡Yo estaba muy sorprendida! De modo que, yo esperaba que algunas personas levantaran sus manos, pero nadie lo hizo.

    Cuando era más joven, mi caminar cristiano era un poco como una montaña rusa. De arriba a abajo. De altos a bajos. Iba al altar los domingos, y los viernes y sábados estaba en lugares donde no debía estar. Me di cuenta que mi caminar con Dios era inconstante, incluso cuando no iba a lugares a los cuales no debía asistir ni estaba haciendo cosas que no debía estar haciendo. Tuve dificultad para encontrar estabilidad en mi relación con Dios. Y en el transcurso de los años, he hablado con muchas personas y las he observado cuando he enseñado y ministrado y me he dado cuenta de que mi experiencia no es fuera de lo común.

    Hoy voy a compartir con usted algo que aprendí al estudiar el Cantar de los Cantares. Espero que esto le ayude a equilibrar los altibajos y las inconsistencias en su caminar con Dios.

    El Cantar de los Cantares como un Drama

    Antes de pasar a Cantares, quiero sentar las bases. Una introducción de Cantares que se encuentra en una de mis biblias de estudio dice lo siguiente sobre el libro:

    Entre las multitudes que leen la Biblia hay comparativamente pocas personas que tienen un conocimiento claro del Cantar de los Cantares. Algunos han pensado que es una colección de canciones, pero generalmente se entiende más como una especie de drama, cuya interpretación positiva es imposible debido a que no se revela la identidad de los oradores ni la duración de los discursos (King James Version / Amplified Bible Parallel Edition [Edición Paralela de las Versiones Reina Valera/Biblia Amplificada, esta última se encuentra disponible solamente en inglés]. Zondervan, 1995).

    Vamos a ver esto como un drama y vamos a usar la identidad de los oradores de la forma que se presenta en la versión Amplified.

      Foto de Rob Laughter en Unsplash

      Hay muchas interpretaciones distintas del Cantar de los Cantares. Algunos cristianos lo ven como la historia de amor entre un hombre y su esposa. Otros cristianos lo ven como la descripción de amor de Cristo por Su iglesia. Mi opinión personal es que es bueno considerar ambas interpretaciones. Pero hoy lo vamos a ver como el drama de amor de Dios por Su iglesia. Recuerde, todos los cristianos (aquellos que han entrado a una relación personal con Jesús a través de la salvación) son parte de Su iglesia. Por tanto, lo que aprendemos de leer Cantares se aplica a la iglesia de forma corporativa y a cada uno de nosotros de forma individual.

      Identifiquemos a los personajes del drama. El rey representa a Jesús. La sulamita representa a la Iglesia como un todo, y también a usted y yo de forma individual. Los guardas son Satanás y sus demonios.

      Quiero explorar dos situaciones en las cuales la sulamita deambulaba por la ciudad, lo que ocurrió cuando lo hacía en cada una de las situaciones, y la razón por la cual las consecuencias fueron distintas. Al comparar estas situaciones, descubriremos la notable ilustración que Dios ha proporcionado para ayudarnos a estabilizar nuestra relación con Él.

      La Sulamita Busca al Rey

      En Cantares 3:1-4, la sulamita buscó al rey, pero no lo encontró. Así que, salió a las calles de la ciudad para buscarlo, pero no tuvo éxito. Después ella le preguntó a los guardas. No parece haber una respuesta por parte de los guardas. En cambio, ella vio que el rey pasaba cerca de los guardas. No sabemos si ella fue con el rey o si él llegó a donde ella estaba. Dado a que es ella quien lo asió y no lo dejó, pareciera que fue ella quien corrió hacia él. Él la aceptó. Y él le permitió que lo llevara a un lugar de privacidad.

      Considere que esto se puede aplicar a nosotros y a Jesús. Usualmente, buscamos al Señor en oración y adoración. Pero hay veces cuando sentimos que Él no está allí. Así que, lo vamos a buscar, o por lo menos salimos a buscar para llenar el vacío que sentimos.

      Jesús es el Único que puede llenar el vacío que siente. ¿Cuál es el lugar indicado para buscarlo? ¡En Su Palabra! Si aún así no lo sentimos, ¿a quién debemos consultar? A nuestros líderes espirituales, pastores, padres o amigos que tienen una relación madura con Dios.

      Pero en este drama, ¿a quién le pidió ayuda la mujer? A los guardas, quienes representan a Satanás y sus demonios. Ciertamente, ella desconocía quiénes eran los guardas. Ella pensó que los guardas estaban allí para protegerla y ayudarla. Nosotros esperaríamos lo mismo de los vigilantes. Pero los guardas no estaban allí para protegerla.

      Afortunadamente, el rey estaba cerca. Los guardas no tuvieron oportunidad de responder. El rey se hizo visible y accesible. Ella corrió hacia él, y así es como yo espero que nosotros corramos hacia nuestro Señor cuando lo buscamos de manera persistente y lo volvemos a sentir. La Biblia nos promete en Jeremías 29:13 que lo encontraremos cuando lo busquemos de todo corazón.

      La Sulamita Busca al Rey Nuevamente

      Ahora, veamos otra ocasión cuando la mujer sale a buscar al rey como lo registra Cantares 5:2-7. La mujer estaba en cama, durmiendo. Esta vez el rey la fue a buscar y la despertó al tocar la puerta. Él le pidió que lo dejara entrar a su habitación. ¡Ella no quería que la incomodaran! En aquellos días levantarse y dejarlo entrar requeriría que ella se volviera a vestir y se lavara los pies más tarde. Ella no quería que la molestaran. El rey metió su mano por la ventanilla, y ella lo reconsideró. Pero cuando llegó a la puerta, el rey ya se había ido.

        La mujer nuevamente salió a buscarlo. Sin embargo, esta vez los resultados de su búsqueda fueron muy distintos. Esta vez, los guardas estaban esperando. Ellos la encontraron. Ellos la atacaron. Ellos la hirieron. En el versículo 7 la sulamita explica, “Me quitaron mi manto de encima los guardas de los muros.” Esto indica que los guardas tomaron su dignidad y la expusieron de forma inmodesta. He escuchado a algunos maestros explicar que quitar el manto puede ser una forma educada de decir que ellos la violaron. A pesar de la herida, la mujer encontró al rey y él otra vez expresó su amor por ella.

        Identificando los Distintos Resultados en las Búsquedas de la Sulamita

        Entonces, ¿cuál es la diferencia entre la primera vez que fue a buscar al rey y lo encontró cerca de los guardas, y la segunda vez cuando él no estaba cerca y Satanás y sus demonios la hirieron severamente?

        Analice Cantares 2:10-15, el cual describe la relación de la mujer con el rey antes de su primera búsqueda. Ambos habían pasado momentos difíciles, ellos habían soportado el invierno, pero había llegado la primavera. El rey había invitado a la mujer a que fuera a los montes con él, lo cual significaba una relación más profunda y superior con él. Ella respondió escalando más alto con él y expresándole su amor.

        Ahora considera la diferencia entre la primera vez que la mujer salió a buscar al rey y la segunda vez que lo hizo. La diferencia tiene que ver con la relación. Justo antes del primer incidente, el rey y la mujer habían estado expresándose amor mutuo de forma rutinaria. Eran tan cercanos que el rey la invitó a tener una relación más profunda/superior con él. Y ella respondió uniéndose a él en los montes y expresando continuamente su amor por él. En esa relación, el rey nunca estaba lejos.

        Pero justo antes del segundo incidente, la mujer había rechazado al rey. Ella encontró su invitación demasiado inconveniente. Ésta requería demasiado esfuerzo para volverse a vestir y lavarse nuevamente los pies. Ella lo rechazó. Por consiguiente, el rey no estaba cerca. ¿Quiénes estaban cerca? Los guardas, Satanás y sus demonios. Y ellos la hirieron severamente.

        Elimine la Frustración en Su Caminar con Dios

          Foto de Suryansh Agrawal en Unsplash

          ¿Se quiere bajar de la montaña rusa de la vida espiritual y eliminar la frustración que la acompaña? Entonces sea como la sulamita en el primer incidente. Manténgase en la presencia de Dios de forma rutinaria y ore sin cesar como le enseñó el apóstol Pablo a la iglesia en Tesalónica en 1 Tesalonicenses 5:17. Permanezca en la Palabra de Dios, no solo cuando está en la iglesia, para que pueda oír cuando Dios le habla a través de Su Palabra.

          Cuando pase por tiempos difíciles y no sienta que Dios está cercano, está bien buscar el consejo de los líderes espirituales que Dios claramente ha puesto en su vida. Busque el consejo piadoso. Y si usted comete un error, y sale y busca al Rey en la dirección equivocada, Él va a estar allí. Lo encontrará rápidamente.

          No sea como la sulamita en el segundo incidente. No rechace al Señor. No lo trate como que Él es una inconveniencia porque le pide que sea santo como Él es santo y que viva una vida sobria y vigilante (1 Pedro 1:15-16; 5:8). Hacer esto lo conducirá a inconsistencias continuas y frustración en su relación con Él.

            Foto de Ben White en Unsplash

            No tenemos que luchar con la inconsistencia en nuestro caminar espiritual, frustrándonos más y más cada vez que parece que nos desviamos de Dios. El Señor nos ha dado esta sorprendente ilustración en el Cantar de los Cantares. Aprenda de la sulamita y manténgase cerca al Rey de reyes, apreciando su tiempo con Él y expresándole su amor por medio de la oración y escuchándolo hablar a través de Su Palabra. Entonces usted estabilizará su relación con Dios y eliminará esta frustración de su vida.

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