Como Estar Seguro De Conocer La Voluntad De Dios

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La Voluntad de Dios No es un Secreto con el que se Debe Luchar

Actualmente, mi esposo y yo servimos en Costa Rica como Asociados en Misiones, lo cual significa que ayudamos a las iglesias locales y a los misioneros nombrados con cualquier cosa que necesiten. Cuando sentimos por primera vez que Dios nos estaba llamando a Costa Rica, primero oramos por eso, luego hablamos con nuestro pastor al respecto, y después las ruedas empezaron a moverse y las cosas empezaron a suceder muy rápido. Hablamos con nuestro pastor en enero y en noviembre fuimos aprobados para ir a Costa Rica. ¡Claramente esta era la voluntad de Dios!

Visitamos a los misioneros en Costa Rica en noviembre. Pasamos un tiempo maravilloso y rápidamente aprendimos lo bien que trabajaríamos los cuatro juntos. Esto fue más confirmación que Dios nos había llamado a Costa Rica. De hecho, a menudo describo el tiempo transcurrido entre enero y noviembre de ese año como “¡confirmación, confirmación, confirmación!”. Después regresamos a casa e inmediatamente, y con eso me refiero al día siguiente de haber llegado a casa, comenzó la oposición para irnos a Costa Rica. Inició con las noticias de un miembro de la familia que nos hizo cuestionarnos si debíamos ir o no, después los asuntos financieros se empezaron a ir en pique, nuestra casa no se vendió tan rápido como esperábamos y así sucesivamente… oposición, oposición, oposición. Había suficiente oposición para que cualquiera se cuestionara si realmente era la voluntad de Dios que fuéramos a Costa Rica.

¿Lucha a menudo con saber la voluntad de Dios? ¿Se estresa y clama, “¡Señor, por favor, muéstrame lo que quieres!” Como cristianos todo lo que queremos hacer es Su voluntad. Pero frecuentemente sentimos que no sabemos lo que Él quiere que hagamos.

Incluso cuando estamos en la iglesia y sentimos la unción de orar por alguien, ¿qué hacemos? A menudo nos quedamos en nuestro asiento y preguntamos, “¿Señor, eres Tú? ¿Me estas pidiendo que vaya y ore por esa persona o solo soy yo la que lo está pensando?” Una vez escuché a un sabio anciano preguntar, “¿Realmente cree que su carne le está dando el deseo de orar por alguien?” ¡Qué gran pregunta! Sin la exhortación de Dios no tendríamos el deseo de orar por alguien. Entonces, ¿por qué luchamos?

Hoy quiero ayudarle a dejar de luchar. Pero antes debemos entender lo que “luchar” significa. “Luchar” significa pelear sin armas (https://www.lexico.com/definition/grapple, recuperado el 26 de marzo de 2020). Eso es lo que hacemos cuando nos quedamos en nuestro asiento y preguntamos a Dios si debemos ir a orar por alguien, o cuando le clamamos “¡Señor, por favor, muéstrame lo que quieres!”. Estamos involucrados en una pelea sin armas. Así que, para ayudarlo hoy, lo voy a armar con la única arma que Dios nos proporciona en Su armadura: la “espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:17, Reina Valera 1960 (RVR 1960)).

En Salmos 143:8, David le clama al Señor, “Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma.”

David está expresando tres cosas al Señor en este versículo: 1) David quiere escuchar la misericordia de Dios en la mañana, lo cual significa que quiere escuchar una expresión de afecto; 2) Quiere saber la voluntad de Dios; y 3) Está expresando su confianza en Dios.

Nosotros no clamamos “hazme saber el camino por donde ande”, pero decimos cosas similares. “¡Muéstrame lo que quieres que haga!” “¿Cuál es tu voluntad, Señor?” Y tampoco decimos “porque a ti he elevado mi alma”, pero decimos “¡Señor, confío en ti!”. Tenemos el deseo de conocer la voluntad de Dios porque confiamos en que lo mejor para nuestras vidas es cumplir la voluntad de Dios y someternos a ella.

Así que, dejemos de luchar, es decir, pelear sin armas. Empuñemos la espada del Espíritu cuando estemos peleando o luchando por conocer la voluntad de Dios. Empezaremos observando las escrituras que claramente nos dicen la voluntad de Dios de cómo debemos andar. Luego, aprenderemos cómo podemos conocer la voluntad de Dios y andar en ella. Recuerde que la Palabra de Dios no solo es un arma, sino también es una lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino (Salmos 119:105, RVR 1960). Entonces, incluso cuando la Biblia no aborda los aspectos específicos de nuestras vidas, tales como dónde deberíamos vivir, trabajar, ir a la escuela y adorar, cuando nos mantenemos firmes en la Palabra de Dios encontraremos el camino específico por el que debemos andar, la voluntad de Dios.

CÓMO DEBEMOS ANDAR

Andar en Vida Nueva:  El primer camino por el que deberíamos de andar es en el de “vida nueva” según Romanos 6:4. ¿Qué quiere decir eso? Bueno, The Amplified Bible [La Biblia Amplificada, dicha versión no ha sido traducida al español] nos ayuda a entender este concepto en 2 Corintios 5:17. Dice, “… Si alguna persona es [injertada] en Cristo (el Mesías), es una nueva creación (una nueva criatura en conjunto); la vieja [condición moral y espiritual anterior] ha pasado. ¡He aquí, ha llegado lo fresco y lo nuevo!” [Traducción literal de The Amplied Bible (AMP, por sus siglas en inglés)].

Una vez que somos sepultados con Cristo en el bautismo y nos levantamos del agua a una nueva vida, debemos andar en una nueva condición moral y espiritual. ¿Cómo se ve eso?

No hace mucho tiempo tuve conversaciones con dos personas distintas que me hicieron la misma pregunta. Aunque el contexto era diferente, la pregunta era la misma. ¿Debería un cristiano trabajar para un fabricante de bebidas alcohólicas?

La respuesta a esa pregunta no es pertinente a esta discusión, pero lo comparto como un ejemplo de andar en la vida nueva. Antes de que estos dos individuos comenzaran a vivir para Jesús, jamás hubieran hecho esa pregunta. Su código moral y espiritual no habría considerado que eso fuera un problema. Ahora, a medida que se esfuerzan por andar conforme a la voluntad de Dios, se hacen esa pregunta. Esto es un ejemplo de andar en vida nueva mientras que intentan aplicar un nuevo código moral y espiritual a sus vidas.

Andar como es digno del Llamado:  Además, debemos andar “como es digno del llamado”. En Efesios 4:1-3, Pablo le pidió a los de Éfeso que “anduvieran (llevaran una vida) digna del llamado, viviendo con humildad, generosidad, bondad y paciencia (Efesios 4:1-3, AMP).

Cuando ponemos a los demás antes que a nosotros mismos y lo hacemos con paciencia, vivimos una vida que confirma el llamado Dios en nuestras vidas.

Andar en el Espíritu:  Pablo también instruye a la iglesia a que ande en el Espíritu, lo cual significa que ande y viva siendo guiada por el Espíritu Santo, y que responda a Él (Gálatas 5:16, AMP). Es necesario sujetar la carne al Espíritu para controlar los antojos y deseos de la carne. Aunque el ayuno es un tema para otro día, ayunar regularmente es la mejor manera de sujetar nuestra carne al Espíritu. Si estamos siendo controlados por nuestra carne, entonces no podemos ser controlados por el Espíritu Santo al mismo tiempo porque la carne, la mente carnal, es hostil hacia Dios (Romanos 8:7, AMP).

Andar por Fe:  Y, por supuesto, también somos llamados a andar por fe, no por vista según 2 Corintios 5:7.

¿Será que andar en vida nueva, digno del llamado, en el Espíritu, y por fe, en otras palabras “andar en la Luz”, pareciera ser un objetivo ambicioso y un concepto abstracto con poca instrucción para alcanzarlo? Bueno, no se desanime. Vamos a discutir algunas formas concretas en las que podemos andar en la voluntad de Dios.

CÓMO CONOCER LA VOLUNTAD DE DIOS Y ANDAR EN ELLA

Para tener la confianza de que conocemos la voluntad de Dios y podemos andar en ella, primero debemos andar en la Luz. ¿Cómo hacemos eso?

Comprobar lo que es Agradable al Señor:  La primera cosa que debemos hacer para andar en la Luz y conocer la voluntad de Dios es comprender lo que es agradable al Señor (Efesios 5:10, AMP). De acuerdo con The Amplified Bible, esa comprensión viene de la experiencia. Sin embargo, también viene del oír de la Palabra de Dios, el estudio de la Biblia, la oración, y estar consciente de las cosas que Dios está haciendo en nuestras vidas que quizás podemos dar por sentado.

Hace ya algunos años, adquirí un gran aprecio por la naturaleza, la creación de Dios. Mi esposo y yo habíamos empezado a entrenar para dar una vuelta en bicicleta de 200 millas con el objetivo de recaudar fondos para nuestra iglesia. Inicialmente, empezamos a montar nuestras bicicletas en los senderos creados por el sistema de los Estados Unidos. Eventualmente, pudimos montar en las carreteras rurales. Durante estos paseos en bicicleta Dios me bendijo con la oportunidad de ver la vida silvestre. Me di cuenta que no es inusual ver venados, conejos, ardillas y cosas por el estilo en los caminos rurales. Pero en verdad me empezó a gustar ver la vida silvestre. Luego, una tarde cuando pasábamos por nuestra ruta usual, vi a un pavo real que estaba a 2 pies de distancia de donde yo me encontraba. ¡Qué vista tan maravillosa! Nunca antes había visto a un pavo real, excepto en un zoológico. Y cuando lo vi en el campo, me reí con el Señor, subí mi mano y le agradecí por esa bendición. Cuando le agradecí al Señor por darme las experiencias de poder observar la vida silvestre y la naturaleza y me reí con Él por ello, esto le agradó a Él. Como resultado, Dios me continúa bendiciendo con esos avistamientos.

¡En un otoño cuando estaba montando la bicicleta incluso me encontré con una bandada de pavos! He aprendido que Dios se complace cuando disfrutamos Su creación y le agradecemos por ella. De modo que, aprender lo que le complace al Señor a través de nuestras experiencias es una forma en la que aprendemos a conocer la voluntad de Dios y andar en ella.

Siga las Instrucciones que Nos son Enseñadas:  Dios ha puesto autoridades espirituales en nuestras vidas que velan por nuestro bienestar espiritual y dan cuentas a Dios del mismo (Hebreos 13:17, AMP). Ellos nos enseñan cómo debemos andar y cuál es la voluntad de Dios. Pablos nos amonesta a aprender de esas autoridades espirituales (1 Tesalonicenses 4:1, AMP). Al someterse a esas autoridades se complace y satisface a Dios y se aprende y anda en la voluntad de Él.

Sea Imitador de Dios:  También debemos ser imitadores de Dios, andando en amor así como Cristo nos amó (Efesios 5:1-2, AMP).

Reconozca a Dios en Cada Aspecto de Su Vida:  La forma más segura de conocer la voluntad de Dios y andar en ella es confiando en Él con todo nuestro ser y reconocerlo en cada aspecto de nuestras vidas (Proverbios 3:5-6, RVR 1960). Así podemos estar confiados de que Dios está dirigiendo nuestros pasos de acuerdo a Su voluntad.

Entonces, en resumen, ¿cómo podemos estar seguros de saber cuál es la voluntad de Dios? Así como el rey David lo hizo, le podemos pedir a Dios que nos ayude a confiar y someternos a Él. Las Escrituras declaran claramente que la voluntad de Dios es que andemos en vida nueva, como es digno del llamado, en el Espíritu y por fe. Podemos andar de estas formas cuando aprendemos lo que le complace al Señor a través de nuestras experiencias, siguiendo las instrucciones que las autoridades espirituales nos enseñan, siendo imitadores de Cristo y reconociéndolo en cada aspecto de nuestras vidas. A medida que reconocemos a Dios en todos nuestros caminos, Él va a dirigir nuestros pasos y nos mostrará Su voluntad. Es por medio de estas cosas que podemos estar seguros de conocer la voluntad de Dios y podemos andar en ella. Ahora usted está armado y puede usar la espada del Espíritu para estar seguro de conocer la voluntad de Dios.