¿Ve Más Allá de Sus Circunstancias para Buscar Claridad en el Rostro de Dios?

Incluso Gedeón y Juan el Bautista Carecieron de Claridad al Centrarse en las Circunstancias

    Foto de Ghaith Harstany en Unsplash

    ¿Alguna vez ha sabido con certeza que Dios le ha llamado a hacer algo? Dios le ha dado confirmación tras confirmación tras confirmación. No podría haber estado más seguro. Después las cosas cambiaron. Luego la oposición se levantó en contra suya en todos los aspectos. Entonces es probable que empezara a preguntarse: "Señor, ¿era realmente esa Tu voluntad?”

    A veces necesitamos ver más allá de nuestras circunstancias, al rostro de Dios y a Su Palabra, para no confundir las circunstancias con la voluntad de Dios. Para ayudarnos a hacer esto, examinaremos brevemente a Gedeón, Juan el Bautista y mi propio testimonio y consideraremos lo que sucede cuando nos centramos en nuestras circunstancias.

    Gedeón

    En Jueces 6 - 8, leemos la historia de Gedeón, la cual inicia con Dios diciéndole claramente a Gedeón que Él estaba con Él. Sin embargo, Gedeón observó las circunstancias y cuestionó a Dios. “Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto?” (Jueces 6:13.)

    En Jueces 6 - 8, leemos la historia de Gedeón, la cual inicia con Dios diciéndole claramente a Gedeón que Él estaba con Él. Sin embargo, Gedeón observó las circunstancias y cuestionó a Dios. “Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto?” (Jueces 6:13.)

    Dios no permitió que Gedeón determinara la voluntad de Dios por las circunstancias. En cambio, Dios expresó claramente Su voluntad, diciendo por segunda vez: “Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?” (Jueces 6:14.)

    Sin embargo, Gedeón se centró en otras circunstancias, más personales, diciendo: “He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.” (Jueces 6:15.)

    Gedeón sigue enfocado en las circunstancias y está convencido de que no es la voluntad de Dios que Gedeón vaya contra los madianitas y salve a Israel.

      ¿Cuál fue la respuesta de Dios?  Seguridad. Le volvió a dar la seguridad de que estaría con Gedeón, diciendo: “Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. (Jueces 6:16.)

      La mayoría de nosotros conocemos el resto de la historia. Gedeón dudó entre tener confianza en lo que Dios le decía que hiciera y hacerlo, y pedir señales para fortalecer su confianza antes de hacer lo que Dios le pedía. Gedeón iba de un lado a otro dependiendo de si estaba centrado en la Palabra de Dios o en las circunstancias que lo rodeaban.

      ¿Cuál fue el final de la historia de Gedeón? Cada vez que Gedeón volvía la vista a las circunstancias, dudaba de la voluntad de Dios. Gedeón permaneció vulnerable a perder de vista a Dios y finalmente suscitó una trampa, una distracción de la voluntad de Dios, en su propia vida y en la de su familia y todo Israel (Jueces 8:27).

      Juan el Bautista

      Ahora pasemos a Juan el Bautista. ¿Quién es Juan el Bautista?

      • El que proclamó: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” Mateo 3:2.
      • El que declaró ser aquel que clamaba en el desierto: “Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.” citando Isaías 40:3. Mateo 3:3.
      • El que además proclamó: “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.” Mateo 3:11.

      Sin embargo, leemos en Mateo 11:2-11 que, estando en prisión, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntarle a Jesús: “¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?”

      ¿Había cambiado el mensaje de Dios? No. La perspectiva de Juan cambió mientras estaba en la cárcel. No hay que ser demasiado críticos. Juan todavía tenía fe para confiar en la respuesta de Jesús. Siguió acudiendo a la Fuente. Siguió siendo fiel. Pero, al centrarse en sus circunstancias, empezó a dudar y a necesitar seguridad.

        Foto de Madeleine Ragsdale en Unsplash

        ¿Cómo respondió Jesús a Juan? Volvió a centrar la atención de Juan en la Palabra, alejándola de sus circunstancias. Citó Isaías 35:5-6 y 61:1, diciendo: “Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio.” Juan sabía lo que significaba. Sí, Él era el profetizado.

        Gedeón nos enseñó a no juzgar la voluntad de Dios por las circunstancias. Juan el Bautista nos enseña que el centrarse en las circunstancias nos distrae del mensaje y del llamado de Dios. Sin embargo, en ambas situaciones, Dios estaba allí para darles seguridad y hacer que se centraran de nuevo en Él.

        Testimonio Personal

        Ahora mi testimonio personal. Mi esposo Mike y yo somos Asociados en Misiones en Costa Rica. Tras muchos años de prepararnos para hacer trabajo misionero después de jubilarnos, Dios nos llamó a Costa Rica incluso antes de la edad de jubilación. Tuve la oportunidad de dejar mi carrera y centrarme a tiempo completo en el ministerio, tanto hablando como escribiendo. Y mi esposo ha podido servir en Costa Rica mientras sigue trabajando a tiempo completo para un empleador estadounidense.

        Una vez que escuchamos que Dios nos estaba llamando a Costa Rica, las cosas empezaron a moverse a toda velocidad, confirmación tras confirmación tras confirmación. Recibimos el consentimiento de nuestro pastor. Se puso en contacto con el Departamento de Misiones Globales para iniciar el proceso. El empleador de mi esposo aceptó sin dudar que Mike se trasladara a Costa Rica y continuara trabajando para ellos. El Departamento de Misiones Globales aprobó nuestra solicitud. Durante 10 meses experimentamos una confirmación tras otra. 

          Foto de Ana Municio en Unsplash

          Luego, las circunstancias cambiaron. De repente, recibimos noticias sobre algo que estaba sucediendo en nuestra familia. Se sintió como un completo puñetazo en el estómago. No podía respirar. No sabía qué hacer. Me quedé en shock. A partir de ese momento, nuestras circunstancias fueron, en el mejor de los casos, difíciles. Sólo el hecho de haber recibido esa noticia fue suficiente para que creyéramos que habíamos tomado la decisión equivocada. No podíamos irnos. Teníamos que quedarnos en casa por el bien de nuestra familia. Dios no nos había llamado.

          Pero seguimos adelante con los preparativos para trasladarnos a Costa Rica. Y surgieron más desafíos. Gastamos una gran cantidad de dinero en la reparación de un total desastre que un pintor había hecho en nuestra casa mientras nos preparábamos para venderla, en la sustitución de electrodomésticos, en la reparación de vehículos en buen estado antes de tener que venderlos. Cuando nos centramos en nuestras circunstancias, algo que hicimos muchas veces, dudamos de que Dios nos hubiera llamado realmente. Pero lo hizo. ¡Y vinimos a Costa Rica! 

          No podemos permitirnos centrarnos en nuestras circunstancias. Tenemos que centrarnos en Dios, en Su voluntad, en Su mensaje. ¡Él nos dará seguridad y hará un camino!

          Comparto todo esto no para glorificarnos, sino para glorificar y agradecer a Dios que nos mantuvo lo suficientemente fuertes como para mantener nuestros ojos en Él. Él nos brindó muchos compañeros de oración que nos sostuvieron mientras realizábamos la transición.

          ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! … 36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

          Romanos 11:33, 36

          En retrospectiva sabemos que Dios tenía un plan. Nos preparó para cosas que no podríamos haber previsto. Oh, qué grande es Su sabiduría y conocimiento. ¿Quién iba a saber que llegaríamos a Costa Rica en junio de 2019 después de que nuestros misioneros supervisores hubieran regresado a Estados Unidos debido a una emergencia médica, y que tendríamos que encontrar nuestro camino sin ellos durante varios meses? ¿Quién iba a saber que en Costa Rica se darían circunstancias que provocarían el cierre de todos los eventos nacionales de los que habríamos formado parte? ¿Y quién iba a saber que las iglesias, los negocios y los aeropuertos cerrarían debido a una pandemia poco después de que las oportunidades de ministrar se hubieran abierto de nuevo? Dios lo sabía.

          No fue nuestra propia y cuidadosa planificación y recursos lo que nos llevó a Costa Rica. Sino que es por Él, a través de Él y para Él que pudimos venir. Y a través de los desafíos Él nos preparó para todas las cosas inesperadas que experimentamos tras nuestra llegada. Y expandió nuestro ministerio por todo el mundo a través del blog Confianza en Dios, y de Hey Dad, It’s Me! Discover the Father Who Loves and Protects You [¡Hola Papá, Soy Yo! Descubra al Padre que Le Ama y Le Protege], un libro que publiqué recientemente. ¡Todo fue para Su gloria!

            Foto de Diana Simumpande en Unsplash

            Comparto esto para alentarle a examinarse a sí mismo cuando empiece a cuestionar la voluntad de Dios en su vida. Asegúrese de seguir centrado en Él y en la voluntad que le había comunicado previamente; y de no distraerse por el cambio de circunstancias, pensando que la voluntad de Dios había cambiado, confundiendo las circunstancias con la voluntad de Dios. No sea como Gedeón, que al final levantó una trampa para él, su familia y todo Israel. Sea más como Juan el Bautista. Aunque permitió que sus circunstancias le hicieran dudar del mensaje y del llamado que Dios le había dado, volvió a la Fuente en busca de seguridad.

            Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Su camino es perfecto y Su palabra es impecable. Podemos tener total confianza en Él cuando nos mantenemos enfocados en Él, en Su voluntad y en Su palabra. 

            2 Comments

            • Fred Beall

              Powerful examples of questioning God. Many times, I’ve questioned what I thought to be God’s direction, wondering “how” to get there. If it’s truly His will, He’ll make a way. For me, several times I believed I was following God’s direction but things didn’t work out. Exasperated, I couldn’t understand, only to see at a later date “how” I and my family would have been adversely affected if I’d pursued my desired course, the one I thought God inspired. I came to find out that my earthly desires were not really in line with His desires for my life. I’m learning not to question God but to be very careful in reading His will into my plans!

              • Avatar photo

                Julie McGhghy

                Fred, thank you so much for your comment. It seems there are two sides to this coin. As you say, there is a danger of making your plans and then reading God’s will into them when, in fact, He didn’t direct you that way at all. The other is God giving you clear direction and then doubting that direction because life’s circumstances become difficult. The answer to both situations is to continually seek God’s face and His Word. He will clearly guide us or, as we acknowledge Him in all things, He will direct our paths and we won’t need to fear stepping out of His will.

            es_CRSpanish