Ahora es el Tiempo de Aumentar Su Confianza en Conocer la Voluntad de Dios
Tome Estos Tres Pasos si Realmente Desea Hacer la Voluntad de Dios y Cumplir el Propósito que Él tiene para Usted
Hoy mi esposo y yo estamos considerando un cambio importante en nuestras vidas. Es un cambio que esperábamos en algún momento, pero no tan pronto. Sin embargo, sentimos que Dios nos está dirigiendo a hacer este cambio. ¿Cómo podemos estar seguros de la voluntad de Dios en nuestras vidas?
Muchos cristianos se han hecho esta misma pregunta mientras oraban para que Dios les mostrara Su voluntad para sus vidas o sobre una situación específica. De hecho, la mayoría de nosotros lo hemos hecho, ¿no es así? Pero la Biblia es muy clara en cuanto a cómo podemos tener confianza en conocer la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Dios Posee dos Tipos de Voluntad
Antes de considerar cómo podemos conocer la voluntad de Dios, es importante saber que Dios posee dos tipos de voluntad: 1) Su voluntad soberana; y 2) Su voluntad de comando, también llamada Su voluntad moral. ¿Cuál es la diferencia?
La voluntad soberana de Dios siempre se cumple, pase lo que pase. Lo que Dios ordena sucede. La muerte de Jesús en la cruz es un ejemplo de la voluntad soberana de Dios. Jesús en Su humanidad oró en el Jardín de Getsemaní: “Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras.” (Mateo 26:39 LBLA 1995.) Al someterse a la voluntad de Dios en lugar de la Suya, Cristo estaba reconociendo la voluntad soberana de Dios. Aunque en Su humanidad Jesús no quería morir, sabía que la voluntad soberana de Dios debía cumplirse. Pase lo que pase, la voluntad soberana de Dios se cumple.
La voluntad de Dios de comando es Su voluntad basada en Sus mandatos de hacer lo que es correcto, la cual a menudo es desobedecida y no se cumple. Jesús dijo: “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 7:21 LBLA 1995.) Por lo tanto, hay personas que harán la voluntad de Dios y otras que no. Está claro que se trata de la voluntad de comando, la cual puede ser obedecida o desobedecida, a diferencia de Su voluntad soberana, que siempre se cumple.
Cuando le pedimos a Dios que nos muestre Su voluntad para nuestras vidas, estamos buscando Su voluntad de comando, aquella que podemos o no obedecer. Si realmente deseamos hacer la voluntad de Dios y cumplir el propósito que tiene para nosotros, la obedeceremos.
La Voluntad de ser Semejante a Cristo
Todos queremos ser semejantes a Cristo, ¿verdad? Jesús enseñó a Sus seguidores a ser semejantes a Cristo. Él explicó: “Un discípulo no está por encima de su maestro, pero como todo el mundo, cuando esté completamente formado, será como su maestro.” [Lucas 6:40, Traducción Literal de la Biblia English Standard Version, dicha traducción de la Biblia no se encuentra disponible en español.] Él era su maestro, y les decía que estaban siendo entrenados para ser como Él.
Los apóstoles también enseñaron que debemos ser como Cristo. Juan explicó que los que dicen que permanecen en Cristo deben caminar de la misma manera que Él caminó (1 Juan 2:6). Pedro reveló a Cristo como ejemplo y exhortó a sus seguidores a seguir Sus pasos (1 Pedro 2:21). Y Pablo se identificó a sí mismo como imitador de Cristo mientras instaba a sus seguidores a imitar también a Cristo (1 Corintios 11:1).
Este mensaje constante a lo largo del Nuevo Testamento es importante porque nos lleva a encontrar la voluntad de Dios en nuestras vidas. Lea cómo describe Jesús Su forma de vivir.
No soy capaz de hacer nada por Mí mismo [independientemente de Mi propia voluntad - solamente lo puedo hacer cómo me enseña Dios y de la forma en que recibo Sus órdenes]. Así como oigo, juzgo [decido como se me pide que decida. Como la voz viene a Mí, así doy una decisión], y Mi juicio es correcto (justo, recto), porque no busco ni consulto Mi propia voluntad [no tengo ningún deseo de hacer lo que es agradable a Mí mismo, Mi propio objetivo, Mi propio propósito] sino sólo la voluntad y el placer del Padre que Me envió.
[Juan 5:30, Traducción Literal de The Amplified Bible, dicha traducción de la Biblia no se encuentra disponible en español].
Así es como quiero vivir. En realidad oro esta escritura: “Señor, ayúdame a no hacer nada por mí misma, independientemente de ti, por mi propia voluntad. Ayúdame a caminar a medida que me enseñas en Tu Palabra y a través de las piadosas autoridades que has puesto sobre mí. Busco Tu voluntad y complacencia, no mi propia voluntad y propósito.”
No basta solo con orar esto, diciéndole a Dios que queremos hacer Su voluntad, también debemos llevar a cabo acciones que nos lleven a la voluntad de Dios.
Acciones que Conducen a la Voluntad de Dios
Hacer las siguientes dos cosas descritas en Romanos 12:1-2 nos llevará a conocer Su voluntad.
- Presentar nuestro cuerpos como sacrificio vivo; y
- Ser transformados por la renovación de nuestro entendimiento.
Estas dos acciones nos llevan a conocer la voluntad de Dios, no Su voluntad soberana, sino Su voluntad de comando o voluntad moral para nuestras vidas. Al hacer estas cosas, estamos ofreciendo nuestro servicio racional a Dios.
El primer paso, que consiste en presentar nuestro cuerpo como sacrificio vivo, significa que debemos esforzarnos por vivir una vida de santidad, una vida en el mundo pero separada de los valores, las ambiciones y los deseos del mundo. En lugar de perseguir las cosas que persiguen las personas del mundo, perseguimos las cosas de Dios, caminando según el Espíritu de Dios en nosotros.
El siguiente paso es renovar nuestro entendimiento. ¿Qué significa esto? Antes de que Cristo entrara en nuestras vidas, nos sentíamos libres para vivir según los deseos de nuestra carne y los pensamientos de nuestra mente (Efesios 2:1-3). Vivíamos y nos conformábamos con la concepción popular del mundo de nuestro tiempo. Esa concepción del mundo es inconsistente con Dios y Sus enseñanzas, incluyendo los principios de santidad. No éramos capaces de discernir o entender las cosas de Dios (1 Corintios 2:14).
Como creyentes, ya no debemos conformarnos con la concepción popular del mundo que rechaza a Dios, sino que debemos ser transformados renovando nuestras mentes para que podamos discernir y conocer cuál es la buena, aceptable y perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas (Romanos 12:2).
Renovar nuestras mentes requiere que transformemos nuestra forma de pensar de los viejos pensamientos impíos, que incluyen aquellos que van en contra de Dios y de la vida que Él nos enseña a vivir, en formas de pensar que sean piadosas que se encuentran en la Palabra de Dios. Debemos sustituir el error de la forma de pensar del mundo por la verdad de Dios. La única fuente infalible de la verdad de Dios es Su Palabra revelada, la Biblia.
¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo renovamos nuestra mente con la Palabra de Dios? Debemos ser muy intencionados.
- Asistir fielmente a una iglesia que predica y enseña la verdad.
- Participar habitualmente en el estudio personal de la Biblia.
- Participar en grupos de estudio bíblico.
- Memorizar la Palabra, lo que se puede hacer orando la Palabra en lugar de memorizarla.
Debemos llenar nuestras mentes con la verdad de Dios para así renovarlas y poder discernir la voluntad de Dios para nuestras vidas. Jesús oró: “Hazlos santos con tu verdad; enséñales tu palabra, la cual es verdad.” (Juan 17:17 LABL 1995). Dios no va a simplemente descargar Su palabra en nuestras mentes. Una parte del proceso de santificación es esforzarse por absorber la verdad en nuestra mente, nuestro corazón y nuestra vida. A medida que nuestra mente absorbe la verdad, nuestro corazón comienza a amarla, y nuestra vida comienza a demostrarla.
Además de presentar nuestro cuerpo como sacrificio vivo y ser transformados por la renovación de nuestra mente, también podemos orar por nosotros mismos como Pablo, el autor de Hebreos. Pablo oró para que los colosenses fueran llenos del conocimiento de la voluntad de Dios en toda sabiduría e inteligencia espiritual (Colosenses 1:9). El autor de Hebreos oró para que Dios equipara a los creyentes judíos con todo lo necesario para cumplir Su voluntad (Hebreos 13:20-21). Porque es Dios quien nos da la voluntad y el deseo de hacer Su buena voluntad (Filipenses 2:13), sólo tenemos que pedirle el conocimiento y la comprensión de cuál es Su voluntad para con nosotros.
Tener Confianza en Conocer la Voluntad de Dios
Nos hemos centrado en cómo conocer la voluntad de Dios en nuestras vidas. Hemos aprendido que podemos discernir y conocer la voluntad de Dios ofreciendo nuestro cuerpo como sacrificio vivo, siendo transformados mediante la renovación de nuestro entendimiento y orando por el conocimiento de Su voluntad. Él nos equipará y nos dará el deseo de hacer Su voluntad.
Es muy motivador, de por sí, poder tener confianza en que podemos discernir y conocer la voluntad de Dios en nuestra vida. Pero espere, ¡hay más! Hay otros beneficios de conocer y hacer la voluntad de Dios. Desarrollaremos una relación estrecha y cercana con Jesús (Marcos 3:31-35), y entraremos en el Reino de los Cielos y viviremos para siempre (Mateo 7:21; Juan 2:17).
Oh, ser más semejantes a Cristo, como Jesús y los apóstoles enseñaron a sus seguidores. Quiero ser capaz de decir como Jesús: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.” (Juan 4:34) Podemos tener confianza en conocer la voluntad de Dios en nuestras vidas.
2 Comments
Fred Beall
Excellent teaching! Thank you for your dedication to this blog, but mostly sharing your understanding. In addition to being informative, it causes much introspective.
God bless you, Sis. McGhghy!
Fred
Julie McGhghy
Thank you so much for your kind comments and for your support of this blog.