¿Está Dios Concediendo los Deseos de Su Corazón?

Considere de Dónde vienen los Deseos de Su Corazón

Discúlpeme mientras me envejezco un poco al recordar la locura de los Cabbage Patch Kids (también conocidos como Muñecas Repollo o Muñecas Pimpollo) a mediados de los años ochenta. Una cosa sería si pudiera afirmar que fui una niña que quería una muñeca de este tipo en ese tiempo. Pero no, debo confesar que tuve una hija que quería una de esas muñecas en aquella época.

    En el auge de la locura, parecía que adoptar un Cabbage Patch Kid era el deseo del corazón de todas las niñas. Y mi pequeña niña no era diferente a las demás. No había nada que ella quisiera más que una muñeca Cabbage Patch. Pero el fabricante no podía mantener el ritmo de la demanda. Se reporta que algunas personas hicieron fila bajo la lluvia en la tienda Toys ´R Us el 25 de noviembre de 1983, esperando tres horas para recoger una muñeca Cabbage Patch (Cabbage Patch Kids: 20 fun facts you may not know | Newsday, Recuperado el 15 de marzo de 2021).

    Puede que se haya dado cuenta del significado de esta fecha. Sí, fue el Viernes Negro de 1983. Todo el mundo intentaba tener en sus manos un Cabbage Patch Kid antes de Navidad. Como mi esposo y yo trabajábamos no teníamos la libertad de hacer fila cuando las tiendas abrían cada día para comprar una de las muñecas en existencia de ese día; estaba segura de que a mi pequeña niña se le rompería el corazón. ¿No concedería Dios el deseo del corazón de mi niña? Bueno, no voy a proclamar que fue Dios, pero un querido familiar pudo conseguir la muñeca para mi hija, ¡así que su corazón no se rompió después de todo!

    Las niñas no eran las únicas personas que tenían el corazón puesto en algunas cosas. En 1980, Keith Pringle publicó su álbum “True Victory [Verdadera Victoria]”, que le consiguió una nominación a los premios Grammy. El álbum incluía la canción "Call Him Up [Clámale a a Él]”, escrita por Herman Netter y Rickey R. Grundy. Se consideraba un canto de adoración que animaba repetidamente a los oyentes a llamar al Señor si lo confesaban y creían en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El puente parafraseó el Salmo 37:4 proclamando: "Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.”

    Orando por los Deseos de su Corazón

    Por muchos años he escuchado a la gente orar: “Señor, concédele el deseo de su corazón”. Confieso que, en ocasiones, he tomado esa oración sin comprender el origen de esta. Entonces, un día lo leí. El rey David oró esa oración en Salmos 20:4 (NVI), “Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes.” En Salmos 145:16 el rey David alabó a Dios por satisfacer el deseo de todo ser viviente.

      ¿Ha orado esta oración? ¿Cree que Dios cumplirá todos sus deseos? ¿Hay alguna salvedad?

      Consideremos cómo se desarrollan los deseos de nuestro corazón.

      El apóstol Pablo explicó que el pecado producirá en nosotros “toda clase de deseo codicioso” (Romanos 7:8 BSB) [Traducción literal de The Berean Study Bible, dicha versión de la Biblia no se encuentra disponible en español]. Santiago describió el proceso del pecado en nuestras vidas diciendo: “La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.” (Santiago 1:14-15 NVI).

      Aunque estos versos son un poco circulares ... qué viene primero, el deseo o el pecado ... ambos versos hablan en términos de nuestra carne influyendo en nuestros deseos. Si los deseos de nuestro corazón son impulsados por nuestra carne, ¿queremos que Dios conceda los deseos de nuestro corazón y será que lo haría?

      De Donde Provienen los Deseos de su Corazón

      Aunque el rey David oró para que Dios concediera el deseo de su corazón y proclamó la promesa de que Él concedería los deseos de su corazón (Salmos 20:4 y 34:4, respectivamente), ¿es posible que hayamos malinterpretado estos versículos? O, al menos, ¿hay una mejor manera de aplicarlos?

      Los deseos que sentimos provienen de uno de dos lugares: 1) Nuestra carne; y 2) Dios. Y podemos analizar nuestros deseos, o los deseos de otras personas por las que queremos orar, para determinar si son deseos de la carne o deseos que Dios nos ha dado.

        La carne es la naturaleza sensual y humana del hombre. Los deseos de la carne son aquellos que cualquier persona puede tener, ya sea que viva una vida piadosa o no. Los ejemplos incluyen el dinero, la atención, las retribuciones contra los enemigos. Estos deseos también pueden ser contrarios a las enseñanzas de Dios. Cuando no son guiados por el Espíritu Santo, estos deseos son hostiles a Dios, inconsistentes con Su voluntad, y no agradan a Dios (Romanos 8:7-8).

        Cuando se le dio la oportunidad de pedir cualquier cosa que quisiera, el rey Salomón no pidió sabiduría, riquezas, honor, la muerte de sus enemigos o una larga vida (2 Crónicas 1:11). Estas cosas eran deseos carnales y eran inconsistentes con la voluntad de Dios.

        Los deseos que provienen de Dios son consistentes con Sus enseñanzas y son probablemente inconsistentes con los deseos naturales que cualquier persona podría tener, ya sea que viva una vida piadosa o no. Ejemplos de deseos piadosos que son inconsistentes con nuestros deseos naturales y carnales son el querer una relación más cercana con Dios, el deseo de que Jesús sea glorificado en nuestras vidas, el esforzarse por caminar de acuerdo con las enseñanzas de Dios. Estos son deseos que Dios pone en nuestros corazones.

        Podemos ver que el deseo de sabiduría del rey Salomón provenía de Dios porque era consistente con la voluntad de Dios. Esta petición agradó tanto a Dios que, además de concederle este deseo piadoso, también le concedió los deseos carnales de riquezas, abundancia y honor (2 Crónicas 1:12).

        Una Mejor Manera de Orar por los Deseos de su Corazón

        Considere el fuerte deseo de Nehemías de reconstruir los muros de Jerusalén después de saber que los muros seguían rotos y las puertas habían sido quemadas causando que el remanente que aún vivía en Jerusalén estuviera en gran aflicción. El libro de Nehemías, que está escrito en forma de memorias, declara en el capítulo 2, versículo 12 que Dios había puesto el deseo en el corazón de Nehemías. Además, según el capítulo 7, versículo 5, Dios había puesto en su corazón reunir al pueblo para establecer una genealogía. Claramente, Nehemías le dio crédito a Dios por darle el deseo de reconstruir los muros de Jerusalén y por registrar una genealogía.

          Sí, Dios concede los deseos del corazón de los que se deleitan en Él según el Salmo 37:4. También, Él cumple los deseos de los que le temen según el Salmo 145:19. ¿Temía Nehemías al Señor? Por supuesto. ¿Cómo lo sabemos? Por la reacción de Nehemías ante la noticia de que el muro de Jerusalén había sido derribado y el remanente de los hebreos que había escapado del exilio se encontraba en grandes problemas y reprobación, como se registra en Nehemías 1:4-6.

          ¿Qué es el temor del Señor? Es reverencia y adoración. Al enterarse de lo de los muros y el pueblo, Nehemías lloró, se lamentó durante varios días, ayunó y oró a Dios. También confesó los pecados de los hijos de Israel, incluyéndose a sí mismo en esa confesión. Mostró reverencia a Dios y lo adoró: “Oh Señor, Dios del cielo, Dios grande y temible que cumples tu pacto de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos” (Nehemías 1:5). ¡Esta es la reacción de alguien que teme al Señor!

          Cuando el rey David oró para que Dios le diera los deseos de su corazón, ¿podría ser que estaba orando para que Dios pusiera los deseos en su corazón como vimos que había hecho con Nehemías?

          Considere como oró el rey David en 1 Crónicas 29:18-19.

          Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel nuestros padres, conserva perpetuamente esta voluntad del corazón de tu pueblo, y encamina su corazón a ti. Asimismo da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, y para que haga todas las cosas, y te edifique la casa para la cual yo he hecho preparativos.

          Reina Valera/Amplified Bible [Biblia Amplificada, esta traducción no se encuentra disponible al español] Edición Paralela de la Biblia, Gran Rapids, MI: The Zondervan Corporation [Coorporación Zondervan], 1995.

          Esta es una mejor manera de orar... que Dios dé deseos específicos a Su pueblo. Sabemos según el Salmo 145:19 que cuando Dios da esos deseos y el pueblo le teme, Él cumplirá los deseos del pueblo.

          Si hemos estado pidiéndole que satisfaga determinados deseos y no lo ha hecho, lo animo a que analice si la fuente de esos deseos es la carne o Dios. Si es la carne, entonces pídale a Dios que aumente el nivel de temor del Señor y observe cómo sus deseos se alinean con la voluntad de Dios. Es entonces cuando Dios comenzará a cumplir los deseos.

          Ore por sus seres queridos como David lo hizo por Salomón, para que Dios guarde los pensamientos de sus corazones y prepare sus corazones para Él, poniendo el deseo en sus corazones de guardar Sus mandamientos y hacer todas las cosas de acuerdo con lo que Dios ha propuesto para ellos. También puede orar esta oración por usted mismo. Al hacerlo, puede tener la confianza de que Dios le concederá los deseos de su corazón.

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