¿Le Vio el Diente a Caballo Regalado Después de Recibir la Salvación?

Incluso Eva y Moisés Fueron Culpables de Verle el Diente a Caballo Regalado

En la última publicación del blog pregunté si usted le veía el diente a caballo regalado cuando recibía las bendiciones de Dios. Recuerde que, debido a que los dientes de los caballos crecen con el tiempo, comprobar su largo es una forma de medir su edad. Si alguien le regala un caballo y usted le inspecciona los dientes, ha mostrado un signo de desconfianza hacia el dador al cuestionar de manera despreciativa y minuciosa el regalo. En esta publicación veremos cómo Eva y Moisés le vieron el diente a caballo regalado y las consecuencias de hacerlo. También analizaremos si nosotros lo hemos hecho después de haber recibido la salvación.

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    Los Regalos de Eva en el Jardín del Edén

    Dios le dio a Eva muchas bendiciones cuando la colocó en el Jardín del Edén con Adán. Ella vivía en un hermoso jardín. Todo lo que necesitaba le fue provisto. Ni siquiera tuvo una cita para elegir un esposo. ¡Ella obtuvo al hombre perfecto! ¡Vivía en el lugar perfecto! ¡Dios le había dado unos regalos fantásticos!

    Entonces Eva fue confrontada por una serpiente. En Génesis 3:1-6 leemos que la serpiente le preguntó a Eva, “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” Ella respondió explicando que Dios había dicho, “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.” Después la serpiente básicamente llamó a Dios mentiroso, diciendo: “No moriréis” Eva determinó que el árbol era bueno para comer, era hermoso a la vista y la haría sabia. Tomó su fruto y lo comió. También le dio un poco a Adán y él lo comió.

    Eva tenía un hermoso hogar, esposo, jardín, comida maravillosa, mucho tiempo libre, y ella se inclinó a la boca del caballo y se fijó en los dientes, el único árbol del que no tenía permitido comer. Se concentró en el aspecto negativo del regalo. Mostró desconfianza del dador.

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      Eva debió haber estado muy influenciada por la astucia de Satanás para que lo hiciera. Cuando fue interrogada por la serpiente, incluso expuso lo que Dios había dicho. Él dijo en Génesis 2:16-17, “De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”

      Pero Eva añadió a lo dicho por Dios, diciendo: “No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.”

      En lugar de estar extremadamente agradecida por los regalos que le habían sido dados, incluyendo la vida misma, Eva se concentró en la única cosa negativa en el jardín y lo hizo aún más grande de lo que era al decir: "¡no podemos ni tocarlo!”

      El resultado de la fijación de Eva fue la desobediencia. Desobediencia que afectó, primero a su esposo y luego a toda la humanidad, ya que la naturaleza pecaminosa es ahora heredada por todas las personas.

      Moisés enviando a los espías a Canaán

      Ahora considere a Moisés. En Números 13:1-20 leemos sobre Moisés enviando espías a Canaán. En el versículo 2 Dios instruyó a Moisés “Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel”. En los versículos 17-20 leemos las instrucciones de Moisés a los hombres que envió:

      “Subid de aquí al Neguev, y subid al monte, y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país.”

      Números 13:17-20

      La mayoría de nosotros conocemos esta historia. Sabemos que debido a lo que los espías vieron e informaron a los israelitas, toda la nación terminó vagando por el desierto durante cuarenta años. A menudo culpamos a los diez espías que dieron informes negativos por su desobediencia y desvío por el desierto.

      Pero ¡espere! Veamos la parte de Moisés en esto. Al igual que Eva, Moisés expuso lo que Dios había dicho.

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        Dios dijo: "Envía hombres a espiar la tierra". Puede que le estuviera diciendo a Moisés: "Oye, quiero darte un adelanto del regalo que te estoy dando. ¡Que los jefes de familia vayan a la tierra y vean lo dulce que es!" ¿Podría ser que Dios quería dar a los israelitas una visión de los buenos regalos que vendrían para llevarlos a través de los desafíos que iban a enfrentar cuando entraran y se apoderaran de la tierra?

        ¿Pero qué les dijo Moisés a los jefes de familia? Comenzó diciendo: “observad la tierra cómo es”. Después amplió lo que dijo: “si es buena o mala”. ¡Moisés le vio el diente a caballo regalado! ¡Mostró desconfianza del dador! Y dispuso a los espías a que se fijaran en lo negativo.

        Moisés también continuó ampliando al dirigir la atención de los espías de la tierra a la gente. “Y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas.” Moisés quería saber sobre el pueblo y cómo vivían. Moisés puso la mira de los espías en las cosas equivocadas. Aunque Dios estaba ciertamente preparado para entregar el pueblo en manos de Israel para que pudieran ocupar la tierra, el pueblo no era parte del regalo. ¡Dios les estaba dando la tierra! Dios quería que tuvieran una visión de la tierra para fortalecerlos y animarlos.

        En Números 13:27 los espías proclamaron las bondades de la tierra: " Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella". Esto es exactamente lo que Dios quería que vieran. La tierra es exactamente como Dios la había descrito a Moisés en Éxodo 3:17 y de nuevo en Éxodo 33:3, "una tierra que fluye leche y miel.”

        Pero los espías no se detuvieron allí porque Moisés había ampliado las instrucciones de Dios. Les dijo que observaran al pueblo y cómo vivían. Fue entonces cuando los espías se metieron en problemas. En Números 13:28, 31-33 los espías continuaron diciendo:

        “Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac… No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros… La tierra por donde pasamos para reconocerla es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.”

        Números 13:28, 31-33

        “Mas”, dijeron ellos. Esto siempre significa que viene un contraste, una contradicción. Sí, la tierra fluye con leche y miel, ¡el regalo de Dios es muy bueno! ¡Pero el pueblo es enorme! "No podremos subir contra aquel pueblo”.

        Por si el miedo al pueblo no fuera suficiente para convencer a Moisés y a Israel de no perseguir el regalo de Dios (la tierra), los espías empezaron a inventar cosas malas sobre la tierra. "¡La tierra que traga a sus moradores!" ¡Increíble!

        El resultado de que Moisés ampliara lo que Dios le ordenaba a hacer es que toda la nación de Israel vagó por el desierto durante cuarenta años.

        Resumen de Eva y Moisés

        Eva amplió lo que Dios dijo e hizo que el único árbol del que no debía comer fuera más grande que cualquiera de las cosas fabulosas que Dios le había dado y desobedeció, causando la caída del hombre que ha impactado a toda la humanidad.

        Moisés amplió lo que Dios dijo y centró a los espías no en las cosas buenas que Dios les estaba dando, sino que les hizo cuestionar la calidad de la tierra y centrarse en el pueblo, que no era parte del regalo.

        En ambas situaciones mostraron desconfianza hacia Dios. Y ambas situaciones impactaron negativamente a muchas más personas que sólo a Eva y Moisés. Ambos perdieron el placer del regalo de Dios durante algún tiempo.

        Aplicación a Nuestra Salvación

        ¿Le vio el diente a caballo regalado después de recibir la salvación? El apóstol Pablo explica en Tito 2:11 que la salvación es un don para todas las personas. ¿Tuvo la misma actitud que Habacuc expresó en Habacuc 3:18 cuando recibió la salvación? Declaró: “Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.” ¿Fue esta su actitud? ¡Aleluya! ¡Dios es taaaan bueno! ¡Qué regalo tan asombroso!

        Pero Pablo continuó en Tito 2:12-14, explicando que la gracia de Dios nos enseña a vivir sobria, justa y piadosamente, en este mundo presente, negando la impiedad y los deseos mundanos.

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          Así que, cuando recibió la salvación, ¿respondió como Habacuc, regocijándose por su salvación; o poco después empezó a leer y aprender más y se centró en lo que cree que es lo negativo? Tal vez haya pensado algo parecido a estas preguntas: “¿Qué, tengo que renunciar a la impiedad? ¿Tengo que dar la espalda a las pasiones mundanas (sean las que sean para usted antes de la salvación)? ¿Tengo que vivir una vida autocontrolada, recta y piadosa aquí mismo, en este tiempo presente? Ayyyy…¡No lo creo!”

          Algunas personas, con el tiempo, le miran el diente a caballo regalado, mostrando desconfianza hacia Dios. Eligen qué enseñanzas bíblicas van a seguir y descartan algunas como innecesarias, o demasiado exigentes.

          Al igual que con Eva y Moisés, mirarle el diente a caballo regalado y centrarse en lo que podríamos percibir como negativo sobre el regalo solamente nos llevará a la desobediencia. Para Eva, lo que pensaba que era negativo era sólo para la protección de Adán y Eva. Y para Israel, Dios habría dado la victoria sobre los ocupantes de Canaán. El pueblo de Canaán no habría resultado en absoluto negativo para Israel.

          Lo mismo ocurre con las cosas que podríamos percibir como negativas sobre nuestro regalo de la salvación. O son para nuestra protección o son cosas que no resultan ser negativas en absoluto porque Dios nos da la victoria sobre nuestros adversarios. Pero a menudo nos centramos en lo negativo, lo que nos lleva a la desobediencia. Y esa desobediencia tiene consecuencias duraderas, no solo para nosotros, sino para nuestras familias, nuestros seres queridos, nuestras iglesias.

          Considere su actitud no sólo hacia el regalo de la salvación, sino también hacia el dador. Si encuentra que ha ampliado las cosas que se dijeron o que están en la Biblia para justificar la desobediencia y ha mostrado desconfianza hacia el Señor, vuelva a Él y háblele con honestidad, amor y tristeza. Con la tristeza piadosa que lleva al arrepentimiento, Él le devolverá la alegría de su salvación. Y usted puede confiar en Su amor y bendiciones en su vida, y en las vidas de su familia e iglesia.

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